Invernaje de la conejera: explicado paso a paso

Aunque los conejos tengan un pelaje espeso, las bajas temperaturas pueden causar problemas de salud a estos sensibles animales si se les mantiene en el exterior.

Por lo tanto, debes tomar las medidas adecuadas para acondicionar la conejera para el invierno.

En este artículo, le mostraremos cómo hacerlo en 7 sencillos pasos.

¿Qué peligros acechan a los conejos en invierno?

Cuando se tienen conejos al aire libre, hay que tener en cuenta algunos aspectos durante todo el año.

Especialmente en invierno, los animales necesitan una protección adecuada. Los principales aspectos a tener en cuenta son evitar que la conejera se congele, adaptar la alimentación y evitar la humedad.

Al igual que ocurre con los humanos, las condiciones son diferentes en invierno, con temperaturas bajo cero o precipitaciones constantes.

Sin embargo, mientras que usted puede quitarse la chaqueta y volver a ponérsela o calentarse con la calefacción, esto no es posible con los conejos.

Por lo tanto, debes pensar detenidamente si quieres que tus animales estén fuera durante los meses de invierno y si puedes hacer los cambios necesarios.

Preparar la conejera para el invierno: Guía paso a paso

Si tus conejos han podido prepararse físicamente para el invierno en el jardín, aún tienes que pensar en la conejera. Si aún no la ha adaptado, debería hacerlo urgentemente.

No hay que subestimar los costes y la mano de obra necesarios.

Hay que tener en cuenta muchos detalles, que te explicamos a continuación:

1. La superficie y la subdivisión

Una conejera muy grande y espaciosa también es ideal para dos o tres conejos. Cuanto más espacio haya disponible, más armoniosa será la convivencia. Incluso en días muy fríos y húmedos, los animales pueden moverse con facilidad y retirarse o jugar entre ellos.

Lo ideal son distintos niveles conectados por escaleras. Así, por ejemplo, puedes calentar un nivel por separado. Si hace demasiado calor para los animales, pueden trasladarse a otro nivel.

Ofrece también «rincones acogedores» en forma de casitas para dormir. Estas habitaciones pequeñas y separadas también se calientan más rápidamente gracias al calor corporal de los animales. Aquí pueden dormir unos junto a otros y mantenerse calientes.

2. El suelo

La escarcha no sólo penetra por el aire desde todos los lados, sino también por el suelo.

Si el suelo está helado, el frío puede penetrar continuamente en la conejera.

Por eso es mejor que el suelo esté bien aislado. Lo ideal es un suelo elevado con una capa de poliestireno u otro material aislante entre dos tablas de madera.

Coloca la conejera sobre palés o una base adecuada. Así protegerás el material de construcción de la humedad y las heladas, y durará más.

También debes añadir una capa gruesa de lecho. Lo ideal son al menos diez centímetros de virutas de madera y paja.

3. Zonas enrejadas

Las zonas separadas por una valla o malla deben protegerse del viento frío en invierno. Por desgracia, a menudo se recomienda protegerlas con mantas, toallas u otros textiles.

Por favor, ¡no lo haga!

Los problemas que esto causa: El viento, pero también las precipitaciones, golpean los textiles. Se humedecen, se pueden congelar y también se los pueden comer los conejos.

Por ello, es mejor utilizar paneles de plexiglás. Son más duraderos, impiden el paso de la nieve, la lluvia y el viento y, en el caso de los cristales de plexiglás, también dejan pasar la luz.

También tienen un coste de adquisición similar, pero duran más y no se congelan.

4. Techos

Un recinto exterior para conejos debe estar completamente cubierto en invierno.

Así se evita que entre la lluvia y la nieve. Así se evita que los conejos se mojen. Como el pelaje se seca lentamente y con dificultad debido a las bajas temperaturas, esto es de crucial importancia.

El barro o las placas de hielo en el suelo también pueden convertirse en un peligro.

Por eso un refugio es útil en muchos aspectos. Es importante que sea estable y pueda limpiarse fácilmente de una capa de nieve o hielo para evitar que se derrumbe.

5. Suministro de agua

Como el agua se congela de forma natural cuando las temperaturas descienden por debajo de cero, resulta difícil suministrar agua.

El agua en cuencos o escudillas puede congelarse.

El agua de las botellas para beber se expande y puede hacer que revienten. Además, los tubos metálicos y la bola de su interior pueden congelarse.

Para ello existen manguitos aislantes.

No obstante, debes comprobar varias veces al día que sigue habiendo agua fresca y líquida.

6. Ajustar el pienso

Durante el invierno, todas las criaturas activas consumen más energía.

Necesitan mantenerse calientes, lo que requiere más calorías. El calentamiento del aire, el agua y los alimentos también es responsable de que consuman más comida.

Los conejos pueden desenterrar alimentos verdes, raíces y cortezas en la naturaleza o rasparlos de debajo de la nieve, pero en la conejera y el recinto exterior las posibilidades son naturalmente limitadas.

Por lo tanto, proporcione a sus conejos más alimento.

Heno, pienso verde, pequeñas cantidades de pienso fresco y algo de pienso en grano. Las cantidades deben ser bastante mayores que en verano. Aunque existe el riesgo de congelación, no hay insectos y el deterioro es mucho más lento.

7. Al aire libre

Deje que sus conejos corran libres.

El ejercicio los calienta y entrena sus músculos, lo que también protege a sus animales y los mantiene calientes.

En el recinto exterior, asegúrate de que los conejos estén seguros y no se mojen.

Por un lado, en invierno hay que contar con muchos animales salvajes hambrientos que ven a tus animales como presas. En segundo lugar, el pelaje se seca mal en invierno. Esto puede provocar hipotermia y, por tanto, problemas de salud.

Preguntas frecuentes

¿Los conejos toleran el frío?

Aunque los conejos son originarios de climas más cálidos, son sorprendentemente adaptables. Sin embargo, necesitan las condiciones y la preparación adecuadas.

Si sus conejos van a pasar el invierno al aire libre, necesitan vivir en el exterior desde la primavera.

De lo contrario, su organismo no podrá adaptarse suficientemente a las temperaturas.

Los animales que viven permanentemente en una conejera al aire libre acumulan una capa más gruesa de grasa, que les mantiene más calientes y les sirve de reserva. Además, el pelaje se desarrolla de tal forma que se forma más subpelo.

En otoño, se crea una especie de pelaje natural de invierno. Este cambio en el pelaje también es necesario para mantener sanos a sus conejos durante la estación fría.

Sólo si se da esta situación inicial puede asegurarse la hibernación en un alojamiento exterior.

¿Todos los conejos pueden hibernar al aire libre?

No, deben cumplirse ciertas condiciones. Éstas son

  • aclimatación suficiente a las temperaturas exteriores y a las fluctuaciones térmicas
  • buena salud
  • edad adecuada
  • pelaje adaptado

Los animales preñados, enfermos, muy jóvenes o muy viejos no deben dejarse en el exterior.

¿Qué ocurre si su conejo enferma en invierno?

Si un conejo enferma, hay que tratarlo inmediatamente.

Tampoco debe seguir expuesto a temperaturas exteriores. Esto no sólo puede retrasar la curación, sino también provocar la muerte.

Si tiene que meterlo en casa, evite los cambios bruscos y extremos de temperatura. Trasladarlo del jardín a una sala cálida sobrecarga al animal.

Es mejor una habitación sin escarcha pero sin calefacción, como un pasillo o un garaje.

¿Por qué hay que evitar los cambios de temperatura?

Suponen una enorme carga para el sistema circulatorio. Desde un punto de vista orgánico, esto significa estrés. Por tanto, el corazón y los vasos sanguíneos se ven afectados.

Por lo tanto, evite los cambios bruscos y significativos y, si es posible, aclimátese de forma gradual y progresiva.

¿Tiene desventajas hibernar al aire libre?

Sí, sin duda: alimentar, regar, vigilar la salud y mantener ocupados a sus conejos resulta más difícil. El esfuerzo necesario para asegurar adecuadamente la conejera y el corral ya es enorme.

Por lo tanto, a menudo es mejor mantener a los animales en el interior durante el invierno.

Tienen más contacto humano. Es más fácil cuidarlos y sus cuerpos están mucho menos tensos.

 

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