Rigor mortis en hámsters: signos y causas

¿Ha notado alguna vez que su hámster parece permanecer inmóvil en un lugar?

Esto puede deberse a una parálisis por shock, que no es infrecuente.

En este artículo te explicamos cómo reconocer este tipo de rigor mortis en tu hámster y qué puedes hacer al respecto.

¿Cómo puede un hámster entrar en rigor mortis?

La postura rígida de un hámster puede atribuirse al miedo, la sorpresa o la curiosidad, y no suele ser motivo de preocupación. Se trata de un comportamiento instintivo.

Sin embargo, si ocurre con más frecuencia, hay que tomar medidas.

Signos de parálisis por choque en hámsters

Como su nombre indica, tu hámster se queda rígido.

Si acaba de estar activo y ha estado limpiándose o comiendo, por ejemplo, puede quedarse literalmente «congelado» en su postura actual.

Como a menudo ni las orejas ni la nariz se mueven, es como si hubiera pulsado el botón de pausa de una película.

Este estado puede durar varios minutos.

Dependiendo de su comportamiento y de las influencias del entorno, puede durar incluso hasta 20 minutos.

Sin embargo, la parálisis de choque suele confundirse con un estado de guardia y orientación. En ambos casos, el animal se vuelve rígido. Si tiene miedo, no se mueve en absoluto. Si el hámster se está orientando en su entorno, cambia de posición y levanta la nariz antes de «quedarse paralizado». También se observan movimientos de las orejas.

Ambos pueden atribuirse a los instintos del roedor. Porque aunque no haya peligros como depredadores en la jaula o en la casa del hámster y sus alrededores, ciertos ruidos y olores o movimientos pueden desencadenar la parálisis de choque, genéticamente anclada.

Causas del rigor mortis

La base del rigor mortis está profundamente arraigada en los instintos de los animales y cumple una importante función en la naturaleza. Esto se debe a que algunos depredadores pueden percibir muy bien el movimiento, pero no pueden distinguir una presa inmóvil de su entorno.

Si el hámster se paraliza, se hace invisible, por así decirlo, o al menos mucho más difícil de reconocer.

Los posibles desencadenantes de la parálisis por choque son, por tanto, influencias que tu hámster percibe como una amenaza o una señal de peligro inminente.

Por ejemplo

  • ruidos (fuertes)
  • Olores
  • Movimientos delante de la jaula o en los alrededores

Por ejemplo, el ladrido de un perro, el silbido de un gato o el aleteo de los pájaros al otro lado de la ventana pueden desencadenar un estado de shock.

También puedes asustar accidentalmente al hámster si tienes que levantarte de nuevo por la noche y pasas por delante de la jaula o si la televisión está encendida a un volumen muy alto.

Sobre todo los animales jóvenes y primerizos son más propensos a sobresaltarse, ya que aún no están familiarizados con su entorno y los estímulos asociados. Sin embargo, con tiempo y paciencia, se acostumbrarán y se pondrán menos nerviosos.

Además de la parálisis por sobresalto, existe otra causa de inmovilidad: la orientación.

Los hámsters son miopes y, por tanto, confían mucho más en su sentido del oído y del olfato. Si perciben un ruido desconocido en el entorno, detendrán todas las demás actividades y también se pondrán rígidos.

Esto ocurre para que puedan oír mejor el ruido.

Como propietario, puede observar los movimientos de las orejas durante esta forma de «congelación». Se colocan en la dirección de la que procede el ruido.

Como los hámsters tienen muy buen oído, es posible que usted mismo no pueda oír los sonidos y, por tanto, no entienda por qué su mascota se comporta así.

Lo mismo ocurre con los olores.

Por ejemplo, si has acariciado a un perro extraño, tu hámster podrá olerlo a mayor distancia y puede asustarse.

Para verlo mejor, el roedor puede ponerse de pie o levantar la nariz al aire y olfatear antes de quedarse inmóvil.

Consejo: si dedica tiempo a observar de cerca a su mascota, con el tiempo podrá reconocer las diferencias entre ambas formas.

5 consejos: cómo comportarse correctamente

Si aún no está familiarizado con el shock o la hibernación del hámster, el comportamiento puede parecer extraño.

Especialmente si tu hámster se paraliza durante mucho tiempo o no puedes identificar la causa, es posible que quieras ayudar al animal o que tengas buenas intenciones y quieras calmarlo.

Por desgracia, existe una alta probabilidad de que te comportes de forma incorrecta y aumentes el estrés.

Los siguientes consejos te darán información importante sobre cómo debes reaccionar.

Consejo 1: Acércate con calma

Si tu hámster ya está domesticado y te asocia con influencias positivas como comida y mimos, puedes acercarte al animal con calma y en silencio.

Así lo distraerás y le darás una sensación de seguridad. Por supuesto, no hace falta que le hables directamente. Basta con que empieces a hablarle. Como tu voz ya le resulta familiar, le sonará conocida y puede ayudar al roedor a orientarse.

Es un poco más difícil si el animal es nuevo en el barrio y tampoco te conoce.

Aléjate tranquila y lentamente del hámster y habla mientras lo haces. Es importante que permanezcas callado y tranquilo. Así evitarás que se sienta amenazado.

A medida que pase el tiempo y tu hámster se acostumbre a su nuevo entorno, la frecuencia de los congelamientos debería disminuir. El animal está familiarizado con los ruidos cotidianos y los movimientos delante de la jaula ya no suelen asustarle.

Consejo 2: Evite los comportamientos agitados

El grado de estrés de su hámster y la frecuencia con la que puede asustarse y congelarse dependen fundamentalmente de su entorno inmediato.

Cerca de las ventanas, puede sentirse amenazado por los pájaros. Otros animales domésticos pueden hacer que se paralice. Los niños jugando, la música alta o un televisor ruidoso son tan inadecuados como una ubicación en un pasillo.

Elige con cuidado la posición de la casa del hámster

Asegúrate de que otros animales domésticos, como perros y gatos, no puedan acceder a ella. Esto se debe a que se reconocen rápidamente como depredadores. Las fuentes de ruido también son un problema potencial si son demasiado fuertes.

Debido a su buen y sensible oído, los hámsters perciben los ruidos más rápido y más alto. Por lo tanto, la jaula no debe estar cerca de un altavoz.

Consejo 3: No tocar

Si su hámster lleva mucho tiempo sin moverse, seguramente querrá comprobar que todo está bien. Sin embargo, si se acerca a la jaula o incluso mete la mano y toca a su hámster, aumentará su ansiedad y estrés.

Por lo tanto, es mejor hablarle con calma y esperar a que vuelva a moverse con normalidad.

También puedes intentar atraerlo con comida. Si tienes golosinas especiales en una bolsa crepitante o comida en grano en una caja, por ejemplo, puedes utilizar los sonidos asociados a la alimentación para distraer al roedor.

Aunque no hay garantía de que este truco funcione, la perspectiva de la comida puede ayudar a su hámster a recuperarse más rápidamente de su estupor y volver a una postura relajada.

Consejo 4: Buscar las causas

Si la rigidez de sobresalto se produce con mucha frecuencia, debes investigar las causas.

Lo mejor es que tomes nota de los estímulos que tú mismo percibes cuando tu hámster muestra este comportamiento. Ten en cuenta que las influencias normales y cotidianas pueden asustar a tu mascota.

La batidora en la cocina, un coche tocando el claxon o un cambio repentino de la oscuridad a la luz son tan posibles desencadenantes de un comportamiento de sobresalto como una fuerte discusión o una carrera frenética al pasar por delante de la jaula.

En algunos casos, es probable que nunca descubra la causa exacta. No obstante, la búsqueda puede ayudar a que el entorno sea más relajado para su hámster y a evitar los factores de estrés.

Consejo 5: Observe la duración y la frecuencia

Por regla general, la inmovilización es un comportamiento normal que no es motivo de preocupación.

Sin embargo, si dura mucho tiempo o se produce con regularidad, puede haber un problema de salud detrás.

Si ocurre a diario o dura más de 20 minutos, puede deberse a un trastorno convulsivo. No siempre van acompañadas de calambres visibles.

Las lesiones cerebrales -por ejemplo, tras una caída- también pueden provocar estos episodios. El examen es difícil, pero es esencial para cualquier tratamiento necesario. La documentación de la duración y la frecuencia puede ayudar a determinar si el comportamiento es normal o si el responsable es un problema de salud.

También puede tratarse de un lugar inadecuado que esté causando mucho estrés a tu hámster.

El estrés continuo o frecuente tiene un impacto negativo en la salud. El sistema cardiovascular se resiente, las defensas del organismo se debilitan e incluso puede alterarse la química del cerebro.

Los animales muy sensibles pueden incluso negarse a comer porque se asustan repetidamente y experimentan un miedo mortal. Por eso es tan importante elegir el lugar adecuado para el hámster.

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