Los jerbos no son los típicos animales de peluche y nunca se convertirán en tales, pero aún así puedes hacer que tus jerbos sean muy acogedores.
Siempre que sepas cómo hacerlo.
En este artículo te explicamos 5 pasos de eficacia probada para domesticar a tu jerbo.
Paso 1: Dale tiempo a tu jerbo
Los jerbos son animales huidizos por naturaleza, ya que se encuentran en lo más bajo de la cadena alimentaria.
Por lo tanto, es normal que tu jerbo huya instintivamente cuando te vea y tú sigas siendo un extraño para él.
Tu jerbo tardará un tiempo en entender que no quieres hacerle daño y que no tiene por qué tenerte miedo. Sin embargo, pueden pasar varias semanas antes de que esto ocurra.
Por eso, no te precipites y deja a tu jerbo completamente solo durante las dos o tres primeras semanas.
Tu mascota ya sentirá suficiente estrés al encontrarse en un entorno desconocido y no conocerte a ti, los ruidos, las rutinas diarias ni su entorno.
Pero no se preocupe…
Los jerbos son animales tímidos y precavidos, pero también tienen una gran curiosidad y muchas ganas de explorar.
Así que probablemente tu roedor no tardará mucho en descongelarse un poco y sentir curiosidad por su entorno y, por lo tanto, también por ti.
Paso 2: Habla con tu jerbo
Una vez que tu mascota se haya instalado bien, es hora de que empieces a entablar una relación con tu jerbo.
Para ello, puede ser muy útil acostumbrar al jerbo a tu voz: háblale con un tono de voz tranquilo y suave y observa cómo reacciona.
¿Huye y se esconde en su casita?
En ese caso, no pases al siguiente paso, sino siéntate delante de la jaula durante varios minutos al día y habla simplemente con tu mascota.
Preste mucha atención a su lenguaje corporal y a sus movimientos durante este paso.
Evite movimientos bruscos y rápidos que resulten imprevisibles para su mascota.
También le parecerá menos amenazador si se sienta o se coloca ligeramente a un lado delante del recinto.
Lo mejor es hablar a los jerbos a la altura de los ojos, agachado o de pie, según la altura del recinto.
Evita mirar a la jaula desde arriba, ya que les recuerda a un ave rapaz, lo que supondría una muerte segura en la naturaleza Tu jerbo no se atreverá a salir de su escondite.
Si tu jerbo ya no tiene miedo cuando oye tu voz e incluso puede acercarse a ti con curiosidad, entonces es el momento de pasar al paso 3.
Paso 3: Dale a tu mascota golosinas de tu mano
Si tu ratita ya siente un poco de curiosidad por ti, puedes empezar cogiendo una semilla de calabaza u otra golosina entre el pulgar y el índice y manteniendo la mano en el recinto.
Es importante que mantengas la mano en el mismo sitio y te muevas lo menos posible.
Espera a que el jerbo se acerque a tu mano y no lo persigas con la golosina. El jerbo marcará el ritmo y, cuando le pique la curiosidad, se acercará con cuidado a tu mano, la examinará de cerca, la olisqueará y te quitará la golosina.
Mientras tanto, háblale tranquilizadoramente para que se dé cuenta de que todo va bien.
Si su roedor no se atreve a acercarse a su mano, puede simplemente intentarlo una y otra vez, o puede colocar la golosina en el recinto para empezar y colocar su mano a unos centímetros de distancia.
Este paso intermedio puede funcionar de maravilla, ya que tu jerbo tendrá que esforzarse mucho menos para alcanzar la golosina y seguirá entendiendo que tu mano le ha traído la comida.
Tras unas cuantas repeticiones, es posible que el jerbo coja la comida de la mano.
En el siguiente paso descubrirá la mejor manera de continuar.
Paso 4: Sacar al jerbo de su zona de confort
Si el jerbo coge las golosinas de la mano de forma fiable y sin miedo, puede pasar al paso 4. El objetivo es que el jerbo salga de su zona de confort.
El objetivo es conseguir que el jerbo tenga aún más contacto con la mano.
Para ello, deja de sujetar la golosina entre el pulgar y el índice y colócala en el centro de la palma de la mano. Sujeta la mano del jerbo en el recinto y espera a que sienta curiosidad.
Lo ideal es que el jerbo corra y se suba directamente a la mano para coger la golosina.
Sin embargo, es mucho más probable que primero corra alrededor de la mano e intente alcanzar la comida por el lateral.
Por lo tanto, coloque la comida de forma que el jerbo tenga que poner las patas en la mano cuando venga de lado para poder coger la golosina.
Evite mover la mano, o incluso los dedos, si su mascota se atreve a subirse a su mano o a acercarse a ella.
Tampoco gire la mano, no pasa nada si su mascota se acerca primero por el lateral y no toma el camino largo sobre la punta de sus dedos.
Paso 5: El «levantamiento de la mano
Ahora, ¡a por todas!
¿Su jerbo ya tiene la confianza suficiente para llegar hasta su mano?
Genial, ya casi lo ha conseguido
Ahora es el momento de acostumbrar a su mascota a sentarse en su mano durante más tiempo y a permanecer relajado incluso cuando su mano se mueve.
La mejor forma de hacerlo es espolvorear un poco de mijo u otro alpiste en la mano.
Tu jerbo no podrá agarrarlo de un bocado y salir corriendo, sino que tendrá que permanecer en tu mano un poco más de tiempo si quiere comérselo.
Si tu jerbo no tiene problemas con esto, puedes empezar moviendo tu mano despacio y con cuidado un poco hacia arriba y hacia abajo mientras tu jerbo se sienta en ella y come.
¿A tu mascota tampoco le molesta?
Excelente
Has conseguido establecer un buen vínculo de confianza Ahora tu jerbo confía en ti y ya no te ve como un peligro potencial
FAQ – preguntas más frecuentes
1. ¿Cuánto tarda un jerbo en volverse confiado?
No hay una respuesta general a esta pregunta, ya que cada animal tiene características individuales que hacen que la curiosidad o el miedo ganen la partida.
La duración del proceso también depende de la historia previa del animal y de lo bien que sepas responder a tu jerbo y a sus necesidades.
En circunstancias normales, deberías poder ver los primeros éxitos al cabo de unas semanas.
A veces pueden pasar de un trimestre a seis meses o incluso más antes de que tu jerbo esté realmente domesticado.
2. ¿Todos los jerbos se vuelven confiados?
No, no todos los jerbos se vuelven confiados.
Si su mascota ya ha tenido muchas malas experiencias con la gente, es muy posible que nunca recupere la confianza.
También puede ocurrir que tu mascota sea muy ansiosa por naturaleza y que su miedo la bloquee tanto que el umbral de inhibición para acercarse a ti sea demasiado alto.
Sin embargo, se trata de casos aislados y, con un poco de trabajo y paciencia, los jerbos suelen volverse lo bastante mansos como para aceptar golosinas de tu mano.
3. ¿Qué debo hacer si mi jerbo no se vuelve confiado?
Acepte a su mascota tal y como es.
Si tu jerbo está tan asustado que no quiere tener ningún contacto contigo, no debes forzarlo.
Por supuesto, siempre puedes volver a intentarlo para ver si tu jerbo cambia de opinión, pero nunca lo arrincones para «forzarlo».
Cada animal es individual, algunos jerbos necesitan más espacio que otros y no les interesa mucho el contacto humano.
No obstante, puedes seguir disfrutando de tu mascota si, por ejemplo, la observas de cerca.